martes, 16 de abril de 2013

LA RENDICIÓN DE BREDA



Este  cuadro de Velázquez nos muestra un episodio histórico sucedido en Breda (Holanda) en 1625, cuando los tercios españoles derrotaron a los holandeses y tomaron la mencionada ciudad, acontecimiento incluido en la guerra de los treinta años que finalmente acabaría con la derrota de España y la independencia de los Países Bajos.
Se puede ver en la escena  un paisaje donde todavía humean los restos de la batalla, los españoles están a la derecha y los holandeses a la izquierda. Ambos grupos llevan vestimentas diferentes y armamento desigual, los españoles lanzas y los holandeses picas y fusiles. El protagonismo lo ostentan, en el centro de la composición, dos personajes, el español Ambrosio de Spínola a la derecha, recibiendo la llave de la ciudad de Breda, que humildemente le entrega el gobernador, Justino de Nassau, en señal de rendición y sometimiento.La tranquilidad, el sosiego y el profundo respeto por los personajes, tan típicos de las obras de Velázquez, aparecen también aquí. La dignidad del vencido, que se inclina sumisamente ante el vencedor tiene su réplica en la actitud cariñosa y tierna de éste, que le sonríe  y le da una palmadita en la espalda. Velázquez muestra con exquisita sensibilidad la sangre, la muerte y la destrucción y no hay generales victoriosos soberbios y engreídos, sino que el general español representa  clemencia y  compasión hacia el vencido, huyendo de toda humillación.El objeto simbólico central del cuadro, la llave, queda destacado por su situación central y, sobre todo, por el contraste entre su color negro y el fondo de tonos claros . Las lanzas españolas realzan la perspectiva del paisaje posterior y varias aparecen torcidas para dar mayor veracidad.

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